Cada vez vamos acostumbrando más a nuestro cuerpo a la inactividad. Nos desplazamos en coche, subimos en ascensor, sesiones de televisión, juegos u ordenador y móvil. Estamos resintiendo nuestros cuerpos y cercándolos a un sedentarismo que puede traer consecuencias fatales.

Tenemos el falso convencimiento de que realizar ejercicio es algo muy sacrificado y que te deja agotado. ¡Nada más lejos de la realidad!. Hacer deporte, ir caminando al trabajo, montar en bici, subir escaleras o dar paseos con tu perro nos activa el cuerpo para darnos más energía.

Por otro lado, puedes pensar que por ir dos o tres veces a la semana al gimnasio o salir a correr de vez en cuando te puede calmar la conciencia y la realidad es que no te servirá de mucho si después te pasas todo el día sentado. Se trata de aprovechar todas las oportunidades que puedas para mantener tu cuero activo.

Cuando nos movemos varias veces al día con estas situaciones cotidianas, activamos el metabolismo muchas veces y eso redundará positivamente en nuestra salud y disminuirá la sensación constante de fatiga y pereza que tienen las personas sedentarias.

Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de hacer ejercicio

Cuando llegamos a un punto de inactividad por un viaje, por una enfermedad, por una lesión, por un cambio de vida o simplemente por pereza puede llegar un día en que dejas de hacer nada. Cuanto menos ejercicio hagas, más cansado estarás. ¡Es así! Y seguro que lo has sufrido en tus carnes en algún momento de tu vida.

Si finalmente decides dedicar tu tiempo a otras cosas, esa falta de movimiento te acabará pasando factura a tu salud: pérdida de masa muscular y pérdida de fuerza, a la vez que la capacidad para almacenar grasa aumenta.

Ten en cuenta que a partir de la octava semana de abandono del entrenamiento, la pérdida de la fuerza muscular se sitúa entre el 7-12% y el glucógeno muscular  se reduce en un 40%.

 

Muchos cambios

Musculares

Los cambios musculares son los que primero se empiezan a notar. Se pierde fuerza y disminuye su tamaño, se acorta y remite considerablemente la elasticidad.  Los deportistas de elite pierden sus cualidades más rápido al dejar de entrenar que quienes realizan deporte o ejercicio de forma recreativa. Los primeros pueden comenzar a perder masa muscular y rendimiento después de 4 semanas sin entrenar, los aficionados a la actividad y el deporte pueden comenzar a perder tras las 6 a 8 semanas de inactividad.

Metabolismo

El metabolismo se ralentiza. Esto significa que una dieta sana y equilibrada y la práctica de ejercicio permiten actuar sobre el metabolismo, que de otra forma gasta poco y, por lo tanto, tiende a acumular energía en forma de grasa. El deporte, al incrementar la masa muscular, obliga al metabolismo a consumir más energía, que entonces no se almacena.

Enfermedades

Otra de las consecuencias de no hacer deporte es un mayor riesgo de sufrir enfermedades. ¿Por qué? No trabajamos los músculos, huesos y articulaciones, ni tampoco nuestra capacidad pulmonar ni cardiovascular. Uno de los mayores afectados por la ausencia de deporte son nuestros huesos. Entre las consecuencias de no hacer deporte para la salud encontramos un mayor riesgo de padecer osteoporosis.

Mente

La inactividad aporta muy pocas cosas a nuestra mente. Cuando realizamos actividad física o nuestro deporte favorito aumenta la producción de endorfinas, conocidas como hormonas de la felicidad. Estas activan en nuestro cerebro como una respuesta positiva, por lo que reducimos el estrés y nos sentimos mejor con nosotros mismos. Un cuerpo sano ayudará a tener una mente sana, porque el ejercicio va más allá de el trabajo físico.

El deporte son hormonas de la felicidad al alcance de cualquiera

La vida sedentaria genera más inactividad o como se suele decir, sofá llama a sofá. Si hay alguna razón que te lleva a la inactividad y luego no abandonas este estilo de vida acabas entrando un círculo vicioso que te genera más inactividad de la que cada vez es más difícil salir. ¡Así que mucho cuidado!

Hay que crear hábito y ser constante aunque nos apetezca hacer otra cosa. Es un proceso que requiere compromiso para obtener resultados.

Como se suele decir: el deporte son hormonas de la felicidad al alcance de cualquiera.